Desde del término francés vitrail se exteriorizó al español como vitral. Es el sustantivo que alude a la estructura o vidriera en la que se anclan y exhiben diferentes colores a fin de materializar un concepto o estructura que, con vidrios, permite concentrar un diseño para exhibir, dar vida o simplemente iluminar determinada área.
Los vitrales se fabrican con piezas de vidrio de distintas tonalidades y colores, por lo general estos vidrios son coloreados con esmaltes u otros elementos como oxido y posteriormente ensamblados entre sí a través de canales.
El origen es muy antiguo: en los tiempos del Imperio Romano, ya se empleaban en los edificios religiosos. A partir del siglo XIII, con el apogeo de la arquitectura gótica, el uso de vitrales se expandió para la representación de escenas históricas o pertenecientes al ámbito de la religión.
Años después, las singularidades de los vitrales fueron cambiando. Hay vitrales que engloban las imágenes en templetes, por ejemplo, delineadas por mosaicos de tipo geométrico. Incluso en el siglo XX, artistas de renombre como Henri Matisse y Marc Chagall siguieron creando proyecciones para vitrales, haciendo que la técnica recuperase su vigencia.
La Catedral de Colonia, en Alemania, es uno de las construcciones que actualmente exhiben vitrales muy conocidos aún hoy en día. Este recinto, que forma parte del Patrimonio Mundial de la Humanidad, empezó a construirse en el año de 1248. En España, la Catedral de León de igual manera se destaca por sus vidrieras.